
ALGUNAS NOTAS SOBRE LA MENTIRA
Eludir o disfrazar la verdad puede servir para salvaguardar la autoestima, proteger la intimidad u obtener lo que se desea, entre otras cosas.
Niñ@s y adult@s recurren a un mecanismo de defensa
sin el cual la vida en común sería muy difícil.
Una mentira nunca vive para llegar a vieja», decía Sófocles. Definida como una «expresión contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente», la mentira es un mecanismo de defensa y de protección –habitual y en cierto modo adaptativo–, que cumple diferentes funciones: salvaguardar la autoestima y el deseo de ser aceptados y amados; evitar juicios de los demás, proteger la intimidad u obtener lo que se desea.
También es una forma de no afrontar los problemas y evadir la realidad.
Pero, ¿cuándo y por qué las personas comienzan a mentir?
Hasta los 5 o 6 años –que es cuando se asienta la personalidad y se agudiza la capacidad de razonar–, los niños no diferencian entre realidad y fantasía, por ello no se puede hablar de mentiras propiamente dichas.
Es una etapa de construir y fortalecer la autoestima. Entonces, l@s pequeñ@s dicen mentiras evidentes, no creíbles como “mi papá es muy famoso”. Como no tienen una mirada definida sobre sí mismos, como para decir “esto me hace ser valios@ y diferente”, nutren su autoestima refiriéndose a sus figuras de referencia, que son sus figuras más importantes.
La mentira también puede ser un síntoma de otra cosa,por ejemplo, una forma de distorsión del entorno, una forma de hacer mas llevadera la realidad, cuando hay padres o madres ausentes , violent@s, abandónicos, o que por el motivo que sea no hacen su función.
Puede decir: “Soy el o la preferid@ de papá”cuando en la realidad ocurre todo lo contrario.
O puede decir: “Mi mamá es mala” , porque no le compró un helado. Es la forma que tienen l@s niñ@s de hacer obvia una emoción, que, como niñ@s, viven intensamente.
Según algunos estudios , los adultos admiten decir una mentirijilla al día, principalmente para protegerse a sí mism@s ,y a los demás.
«Todo el tiempo estamos mintiendo», afirma Harry Campos Cervera, psiquiatra y psicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). «Estructuralmente, mentir es no decir la verdad. Y los fines son muy variados: lo hacemos para evitar lo que no es aceptado, como decirle a alguien : “Tu ropa es horrible”.
También para preservar nuestra imagen, para que los otros no” piensen mal “de nosotros. Mentir es una necesidad inherente humana. Decir toda la verdad no es compatible con la vida, generaría conflictos todo el tiempo».
Los mentirosos patológicos, en cambio , falsean la realidad y se sostienen sobre la mentira permanentemente. El mitomano apoya en la mentira su propia existencia.
Puede inventarse toda una historia como una forma de vida, es su forma de vida.